Mis primeras experiencias como jefe de departamento me forjaron como el director que soy hoy en día, lo que aprendí en esa etapa temprana de mi carrera fue un descubrimiento de cómo se manejan equipos hoy en día.
Recuerdo cuando tuve mi primer oportunidad de comenzar a liderar equipos de trabajo, mi primera promoción hace años cuando era muy joven y empecé a entender que las cosas no eran del todo como las había aprendido en la universidad.
Primeras experiencias
Recuerdo bien que en aquella época tendría yo 21 o 22 años y la contadora general de una PyME en la que trabajaba decidió buscar nuevos horizontes y entonces ahí estaba la oportunidad de empezar a conquistar mis ambiciones de crecer profesionalmente y la competencia no era mucha, sólo otro auxiliar contable y yo, él con un poco más de experiencia en la compañía que yo, pero mi ambición me hizo ir a platicar con el dueño y pedir la oportunidad, creyó en mi y me dio la posición que yo tanto deseaba; entonces me remití a lo aprendido en la universidad y analizaba a Henri Fayol y a Elton Mayo e incluso a William Ouchi y Shigeru Kobayashi de los cuales había escuchado en el diplomado de administración creativa que acababa de terminar; lo que ellos nunca me explicaron en todos esos libros y horas de estudio fue que ese factor humano que tanto trataba de motivar y empoderar, también tenia actitudes y recelos, que a veces cuando alguien es promovido por encima de otros colegas, estos pueden llegar a personalizar su rezago e incluso entorpecer labores; poco a poco fui aprendiendo esto y a entender el que el liderazgo también se tiene que individualizar.
A principios de los 90, aún no teníamos en México, o por lo menos dentro de mi esfera profesional, los conceptos de coaching y empowerment, pero de alguna forma mi ambición profesional me comenzó a enseñar que, si yo quería seguir creciendo tenía que generar un equipo fuerte que me apoyara a conseguir las metas de mi área para poder dar los resultados que de mi se esperaban; la dirección que yo viví temprano en mi carrera, era esa del jefe que no quería compartir ni hacer crecer a los empleados, por miedo a que le sobrepasaran, pero el ímpetu de la juventud de esos años me hizo pensar en que si yo quería brincar a la silla que seguía tenia que cubrir la mía con alguien capaz, por ello empecé a "formar" colaboradores fuertes y les enseñaba lo que yo hacía y que esperaba de ellos, les comencé por explicar cómo el trabajo de cada uno de ellos afectaba al siguiente en la cadena y a ver cómo era importante la labor de cada uno en "el producto final" del departamento. Empíricamente descubrí que podía coachear a mi equipo y empoderarlos, para que por sí mismos buscaran su propio crecimiento profesional; en cuanto a liderazgo, creo que en ese tiempo lo ejercí más dentro del ámbito carismático que transformacional, aunque en ese tiempo no recuerdo estar consciente del mismo a pesar de haber estudiado todo ello en la universidad; pero creo que debo, en afán de ser justo, agradecer a mis maestros y a todos esos teóricos de la administración, ya que sin ellos no hubiese podido, subconsciente o empíricamente, haber aplicado esos conocimientos.
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