Muchas veces nos preguntamos porque cuando dos (o más) personas observan un fenómeno o juzgan una realidad, pueden ver cosas distintas, incluso en la realidad actual de nuestro país, genera una gran incógnita de como un sector de la población ve la realidad del país como una victoria para el gobierno, mientras otro sector lo percibe como un gran fracaso.
El psiquiatra judío Viktor Frankl pasó tres años, durante la Segunda Guerra Mundial, preso en varios campos de concentración nazis. Durante su cautiverio se dio cuenta de que solo le quedaba una libertad: aún tenía el poder de decidir su respuesta ante el horror que se desarrollaba a su alrededor. Imaginó a su esposa y la posibilidad de verla de nuevo. Se imaginó a sí mismo impartiendo clases después de la guerra. Frankl sobrevivió y en su obra “El Hombre en busca de sentido” publicado en 1946 dijo: “Un ser humano es un ser que decide”, “Hay un espacio entre el estímulo y la respuesta. En ese espacio se encuentra nuestro poder de elegir cómo responder…”
La percepción comienza en el momento en que el cerebro recibe información de los sentidos. La mente procesa y le confiere un significado a la información sensorial.
El neurocientífico Beau Lotto, en su charla en TED dice que: “Lo único que tienen que hacer es ver la realidad que tienen enfrente, tal como es” mediante diferentes estímulos, Lotto demuestra que incluso lo más básico de los sentidos (forma como percibimos la luz y el color) se sujetan a la interpretación. La variable, es el contexto.
Los seres humanos evolucionamos para darle sentido a las cosas. Cada vez que se nos presenta un estímulo, nuestro cerebro reacciona con eficiencia: responde con base en experiencias pasadas y al hacerlo, el cerebro redefine continuamente "la normalidad", moldeándose como consecuencia del ensayo y error Ruha Benjamin, catedrática de Sociología y Estudios Afroamericanos de la Universidad de Boston, afirma que la sociedad cambia nuestra cabeza y nuestros hábitos, formando desde nuestro sentido del gusto, hasta nuestra sensibilidad, lo que creemos que es bueno, malo o malvado y ninguna de estas ideas ocurren de forma aislada”.
La profunda influencia social conocida, como habitus en la época de Aristóteles, se adquiere en actividades y experiencias de la vida cotidiana; confiamos inconscientemente en el “habitus” para crear un contexto, sin embargo, a veces nos encontramos en disyuntivas e incertidumbre, de cara a percepciones nacidas de la falsedad, la falta de comprensión, el prejuicio etc. todas esas percepciones no nos sirven, es entonces que reaccionamos en lugar de elegir.
El ser humano tiene dos formas de responder a los estímulos, una la racional y la segunda la emocional, las cuales están intrínsecamente ligadas; uno de los grandes éxitos de la mercadotecnia política es explotar la parte emocional, ya que los vínculos emocionales se relacionan directamente con el subconsciente del individuo, lo que permite que la idea, la simpatía o la animadversión tengan un efecto más duradero que el racional, ya que este último puede transmutar al depender de conclusiones lógicas.
Un sentimiento siempre es real y no está sujeto a negociaciones, aun cuando la causa del mismo pueda ser falsa o inexacta; es por ello que el sentimiento o la reacción emocional a determinado suceso se convierten en un condicionamiento en la conducta del individuo, forjado en base a sus experiencias pasadas.
La polarización actual de nuestra sociedad, es un claro reflejo del efecto propagandístico y la explotación de la respuesta emocional de amplios sectores de la sociedad; debemos ser muy claros, López no es un gran comunicador, ni siquiera un orador medianamente convincente, pero uno de sus grandes éxitos, ha sido permanecer en la escena pública y si escuchas una mentira una vez, la identificarás, pero si la escuchas constantemente ésta tiende a volverse parte de la realidad mediante la percepción en lo que se llama posverdad; López ha sido hábil en sacar ventaja de los errores y desaciertos de las administraciones anteriores, evocando precisamente esa respuesta emocional, y al repetir incesantemente su retórica, se posicionó en el sentimiento de sus seguidores que dejan del lado reacciones racionales en pro de las respuestas emocionales que les han sido implantadas.
Publicado en Twitter por @bruno_eli el 23/01/2020
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