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Foto del escritorBruno Venegas

El perro que tocó el piano

Actualizado: 20 may 2020



Leyendo acerca del financiamiento de este gobierno respecto a migrantes, "programas sociales" funcionamiento del gobierno, proyectos de inversión, etcétera, recordé un artículo que escribí respecto al manejo del flujo de efectivo en una corporación, que intentaré trasladar al manejo financiero del país bajo el gobierno de la 4T



En el artículo digo que, tradicionalmente se califica la viabilidad financiera respecto a la relación existente entre la deuda y la inversión (apalancamiento) y por supuesto su ROS y/o ROI; algo similar sucede en el caso de una nación, solo que se usa otro indicador que es la relación deuda/PIB, que, sin ser un factor determinante, da una visión en el largo plazo de la capacidad de pago.


Algunos países tienen con relaciones desproporcionadas o mayores al 100% del PIB, entre otros Japón o EEUU y aún así se les considera economías solidas, basadas en el importe de su PIB y el soporte que tienen para incrementarlo.


Recuerdo que durante la campaña presidencial de 1988, había dos posturas para buscar el crecimiento sostenido de la economía mexicana, por un lado estaba la reconversión industrial propuesta por Del Mazo y por el otro la apertura comercial propuesta por Salinas; la diferencia entre una y otra radicaba en la velocidad de la incorporación del país en el mercado externo; mientras que la primera buscaba crear industria nacional, la otra ofrecía las ventajas comparativas del país para incorporarse a las cadenas de valor en el mercado global, la diferencia es que la reconversión industrial requería mayor tiempo para entrar a los mercados globales y la segunda buscaba entrar primero y crecer en función de la demanda de las mismas cadenas productivas; ambas buscando un crecimiento sostenido en el largo plazo; esto debería incrementar el ratio de crecimiento del PIB y generar empleo interno; la calificación de este particular se la dejaré a la historia.


Quiero utilizar lo anterior para continuar con el tema de la evaluación de la sanidad de las finanzas públicas, como siempre he dicho, el crédito per se no es malo, lo malo es no saber manejarlo. Una de las reglas de la economía política es que en tiempos de bonanza se debe reducir la deuda y en tiempos adversos se debe incrementar. Esto a primera vista y desde el punto de vista de finanzas personales suena un tanto contradictorio, pero tiene una justificación muy simple; con bonanza nos referimos a cuando la economía crece y genera superávit presupuestal que permite utilizar los recursos "sobrantes" en minimizar el servicio de la deuda y así mejorar la capacidad de maniobra; en tanto que cuando la economía no crece ya sea por razones internas o externas, inyectar recursos a actividades productivas puede sentar las bases para darle la vuelta a esos tiempos adversos.


De esto se desprende que, el indicador mas eficiente para calificar la actuación de la administración pública es su manejo de los flujos de efectivo, es decir, como se determina la ley de ingresos y el presupuesto de egresos basado en la expectativa de los grandes factores macroeconómicos como son crecimiento del PIB, tipo de cambio, tasas de interés, precios internacionales del petroleo, entre otros. Un punto fundamental es como balancear la aplicación de recursos entre temas sociales y productivos, adicionalmente las finanzas públicas tienen que considerar el servicio de la deuda, compromisos por beneficios sociales adquiridos (pensiones, seguridad social, et al) y es por ello es de máxima importancia saber balancear ese tipo de necesidades no solo en el corto sino el mediano y largo plazo.


En el caso de nuestro país, cada sexenio se crean dos documentos fundamentales: los criterios de política económica y el Plan nacional de desarrollo; estos documentos no pueden basarse en ideologías estériles o sueños guajiros sino en la econométrica, la cual nos ayudará a determinar las expectativas y los factores de riesgo en la economía y por tanto nos ayudará a hacer una distribución razonable de los recursos públicos.


Una de mis críticas a este gobierno y a su proyecto que se empezó a dibujar entre 2003 y 2004, fue como este mismo, se basa exclusivamente en retórica y los modelos matemáticos y estadísticos se han dejado completamente del lado y parece que se trata de ajustar esos modelos a los deseos irracionales de la retórica; cuando decía (desde hace años) que el proyecto no era sustentable, era precisamente basándome en la viabilidad de los proyectos de inversión y el tiempo que requerirían para generar ingresos, el poco o nulo incremento de ingresos y la re-orientación del gasto hacia programas sociales improductivos y clientelares; tristemente día a día veo como esas predicciones se convierten en realidad.


El manejo de los flujos de efectivo de la nación no solo es deficiente sino deplorable, cortando servicios básicos a la ciudadanía que minarán la productividad y gastando en la cancelación de proyectos de infraestructura rentables e "invirtiendo" en otros proyectos de inversión que, o bien, no son viables o no ofrecen rentabilidad en el mediano plazo; pretendiendo recuperar recursos en ahorros (que están mal orientados), inventando recursos provenientes de la corrupción y peor aún en la venta de activos que representan tan solo ingresos extraordinarios (una sola vez) y el impacto en el gasto corriente (por la desinversión) es en todo caso marginal. La administración financiera es un tema delicado y no puede ser improvisado; desafortunadamente quien lleva los hilos de nuestro país no está calificado en estos temas y cuando un proyecto se basa expresamente en retórica siempre carecerá de forma y de fondo.


Publicado en Twitter por @Bruno_eli el 12/06/2019


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