Los huracanes que se forman en zonas tropicales pueden tener consecuencias catastróficas, los vemos en los radares meteorológicos y podemos ir pronosticando su trayectoria; conforme se van acercando a la costa, vamos viendo como sus efectos empiezan a sentirse, los fuertes vientos y las lluvias comienzan a bañar zonas adyacentes a los posibles puntos de entrada de la tormenta.
Así ahora, las torrenciales lluvias empiezan a afectar el terreno de la economía; recientemente he hablado de la tormenta que se avecina y como este gobierno no toma las medidas necesarias y entonces, empezamos a ver los primeros ataques de la tormenta. Standard & Poors degradó la calificación soberana y de
PEMEX a BBB con tendencia negativa, lo cual nos deja apenas en grado de inversión, mientras, JP Morgan estima una caída de la economía nacional del 7% para 2019, incluyendo un 35% en el 2° trimestre; ambas, cifras nunca vistas en la economía mexicana, previendo que esta rescisión se prolongue hasta 2023.
Entre las razones que enunciaron ambas instituciones, están:
Las malas decisiones del gobierno respecto a la inversión.
El uso de recursos en gasto corriente improductivo (programas de bienestar)
Petrolización de la economía e inyección de recursos a PEMEX
Proyectos de inversión no rentables
Coyuntura relativa al COVID-19
La tormenta ya estaba en camino y además, no hicimos nada por refugiarnos; las lluvias comienzan a azotarnos y estamos desvalidos ante ella.
Publicado en Twitter por @bruno_eli el 27/03/2020
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