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Foto del escritorBruno Venegas

Democracia participativa

Actualizado: 20 may 2020


Aprovechando la nueva moda de las consultas a mano alzada, quisiera aclarar qué es la democracia participativa, para no irnos con el espejismo de lo que sucede en la actualidad.


La Democracia participativa debería ser la evolución de la representativa en el sentido que mientras la democracia representativa limita su ejercicio al sufragio (voto), la participativa, promueve la participación ciudadana otorgando un rol protagónico, activo y propositivo en todos los niveles de gobierno; uno de sus retos es crear una sociedad activa, organizada y preparada para asumir un papel dinámico en la escena política; individuos a quienes, desde la propia escuela, se les eduque para participar en este sistema.


Se persigue el involucramiento en las decisiones que le afectan, proponiendo iniciativas, promoviendo asambleas y debates, así como su vigilancia en el cumplimiento. El ideal perseguido, es tener una sociedad plural, incluyente y justa basada en valores como la concertación, tolerancia y colaboración.


La democracia participativa utiliza medios tales como el plebiscito y referéndum para aprobar o rechazar alguna iniciativa o bien la revocación del mandato. Hasta aquí tenemos un concepto que a todas luces suena muy bien y empodera al ciudadano de forma tal que se convierta en un actor importante en la creación de políticas públicas (de las cuales hablé en otra entrada de este blog),



pero en un régimen populista normalmente se cae en una simulación, en una democracia madura como es EEUU o algunos países Europeos, este modelo funciona, sin embargo podemos ver casos como el Reino Unido con el Brexit, o Escocia con su independencia (ambos votados hace unos años), muchas veces la población no esta enterada de las consecuencias que las decisiones tendrían, quedando a merced de la propaganda que los distintos bandos políticos promuevan, convirtiéndose en un concurso de popularidad, en lugar de un verdadero ejercicio democrático.


Otra de las limitantes de la democracia participativa es la representatividad, es decir que la toma de decisiones por medio de consulta pública se haga mediante procesos claros y bien definidos, donde los resultados sean no solo claros, sino auditables y comprobables, de otra forma el modelo pasa de ser participativo a caprichoso y autoritario, ya que se aplicaría la voluntad del "arbitro" del conteo.


Cómo hemos visto en este país, las "consultas a mano alzada" solo reflejan el capricho de López, ya que estas se han hecho desde el templete y pierden toda objetividad y representatividad, al no contar con un método claro, cuantificable, auditable y con nula representatividad.


Como ejemplos podemos ver lo sucedido en Durango hace unos días, la participación escasa y totalmente amañada en las "consultas" para el NAIM y Tren Maya, entre otras que hemos visto.


La democracia participativa no puede ser una simulación y debe regirse en una metodología sólida y bien definida, que garantice la participación social, que tenga medios de difusión objetivos, que sus resultados sean visibles, que la ciudadanía sea lo suficientemente madura y este bien informada de la intención, causas y efectos de la iniciativa a votar y por último que la consulta no este improvisada.


En los EEUU, es común, que en los procesos electorales, se incluyan boletas para aprobar o rechazar alguna política pública.


Publicado en Twitter por @Bruno_eli el 19/06/2019


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