Dice el dicho que cuando no alcanza la comida, se le echa más agua a la olla o bien: donde comen 2, comen 3; pero eso es solo un espejismo pues ni comen bien los 3 y “el agüita” no multiplica los frijoles.
La Cámara de Diputados aprobó por mayoría, que los mal llamados programas de bienestar, se garanticen a nivel constitucional, so pretexto de justicia social; lo cual dista mucho de ser cierto; pero en lugar de disputar ese concepto, hablemos de viabilidad.
Veamos las cifras, de acuerdo al PEF, En 2020 los programas de bienestar equivaldrán a ~400 mmdp, donde 2/3 de ellos no tienen reglas de operación y por lo tanto carecen de un censo de los beneficiarios y los beneficios y metas perseguidas; de acuerdo con el mismo PEF, la carga pensionaria formal y no contributiva, para 2020 se estima en 1.15 Billones MXN; como referencia, el PEF estima un gasto total de 6.01 billones; es decir el concepto anterior es el 19% del PEF
De acuerdo con el Censo 2010, en México existían 7.5 millones de personas de 65 años o más y de acuerdo a las proyecciones de crecimiento demográfico del Consejo Nacional de Población y el centro de estudios demográficos del Colegio de México, este grupo crece a una tasa ~4% anual; a pesar de lo anterior, se considera que el compromiso pensionario a cargo del PEF, crece en términos reales un 14% anual.
Lo que este año es 1.15 billones de pesos para 2021 sería 1.3 billones y así sucesivamente.
El concepto de bienestar, proviene de Europa, principalmente países escandinavos y replicar el modelo de democracia social es atractivo; pero en contexto, este es un modelo basado en condiciones específicas; entre los aspectos a considerar están:
la población total es de ~27.4 millones de personas (ente los 4 países poco mas que la CDMX),
tasa promedio de ISR ~50% y están cerca del pleno empleo,
su población es casi homogénea y
están entre los niveles más bajos de corrupción
La aprobación en Cámara de Diputados es el solo un paso, se requiere también la aprobación en y 17 congresos locales, sin embargo el hacerlo sería una gran irresponsabilidad sin estudios actuariales y proyecciones de largo plazo; esta medida presenta un verdadero riesgo a las finanzas públicas, ya que en un entorno de estancamiento económico y sin visos de que este re revierta, comprometer tal cantidad de recursos no solo es peligroso, sino negligente.
Por último, el mensaje de López asegurando que son bases para que no se revierta el bienestar, es demagogia pura, pues cualquier otro gobernante con preponderancia en las cámaras y respaldo técnico, sería capaz de revertir esta necedad legislativa.
Publicado en Twitter por @bruno_eli el 12/03/2020
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