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Foto del escritorBruno Venegas

No todas las crisis son iguales



Recientemente algunos simpatizantes de la actual administración han intentado defender a la 4T con el ridículo argumento de la contra narrativa aduciendo a las crisis del 76, 82, 87 y 94, aún no han hablado de la de 2001 o 2009, pero para tener contexto y bases de comparación, tenemos que analizar las causas de cada una de ellas, intentaré ser lo más breve posible para que no se haga de este artículo algo imposible de leer, empecemos por la crisis de 1976.


Una de las Políticas de Luis Echeverría durante el sexenio, fue la substitución de importaciones, aduciendo la autosuficiencia como medida de soberanía ¿suena familiar?, este modelo desincentivo a la inversión privada que comenzó a sacar sus capitales del país, lo que provocó que el gobierno inyectará más recursos al gasto público, sin embargo, ante la baja actividad económica, la forma de allegarse recursos fue mediante el endeudamiento.


Por otra parte la inmovilidad del salario, provocó el escalamiento de huelgas por parte de sindicatos que fueron minando más y más la producción nacional, provocando un desquiciamiento económico y comenzó una alza en las tasas de desempleo y otra medida gubernamental fue la de crear empleos no productivos, sin embargo la espiral decadente ya estaba en curso, desencadenando la crisis de 1976.


Posteriormente durante el sexenio de José López Portillo, se hace el compromiso con el FMI de limitar el endeudamiento público, reducir el circulante, restringir el gasto público, fijar topes a los aumentos de salario, liberar el comercio exterior y limitar el crecimiento del sector paraestatal de la economía, compromisos incumplidos debido al descubrimiento de Cantarell y la petrolizacion de la economía, ya que esta ocupó más de la mitad de la inversión pública durante ese sexenio, convirtiéndose en el eje de la política económica, a tal grado que en el tercer informe de gobierno, en tono triunfalista, se nos dijo que estábamos al borde de convertirnos en un país rico y la prosperidad llegaría a todos ¿otra coincidencia?; sin embargo estos beneficios no llegaron a la población debido a los topes salariales impuestos por el gobierno en complicidad con los sindicatos, por otra parte para financiar la infraestructura petrolera, se recurrió al endeudamiento, dejando como aval el petróleo.


Durante el sexenio la deuda pública se triplicó y ante la baja de 4 dólares por barril en el petróleo en 1982, las tasas de interés que pagaba el país incrementaron 1%, lo cual provocó que se recurriera nuevamente al endeudamiento, en esta ocasión de corto plazo, para cubrir el servicio de la deuda, con la consecuencia de la fuga de capitales, incremento del desempleo, incremento en la migración a EEUU, El dolar duplicó su valor contra el peso, la inflación se disparó, hubo cierre de empresas y se vaciaron las arcas de la nación por el gran gasto público y los altos costos de la deuda desembocando en la nacionalización de la banca a quien se le culpó de la fuga de capitales, dando paso a la crisis de 1982.


El 19 de octubre de 1987, conocido como el lunes negro, es una de las razones de la gravísima crisis de 1987 donde México en particular sufrió una hiperinflación, un gran endeudamiento y devaluación grave, pero que fue lo que la provocó?


Precisamente esta crisis es muy similar a la gran recesión de 1929. Todo comenzó con el boom de la bolsa, que entregó rendimientos entre enero y octubre de 690% en un entorno inflacionario que llegó por arriba del 150%; ese boom se dio a raíz de la entrada de pequeños e inexpertos inversionistas al mercado de valores tras presiones a la Comisión Nacional de Valores.


Muchos de estos pequeños inversionistas arriesgaron incluso su gasto corriente con tal de aprovechar las tasas que daban hasta un 10% mensual. El IPC llegó a su nivel más alto el 12/10/87 pero el 19 de octubre de ese mismo año, conocido como el Lunes negro, comenzó en Hong Kong, la que sería la 2.ª caída más grande en los mercados bursátiles mundiales (solo después de 1929), este efecto dominó, influyó todas las bolsas del mundo incluida la mexicana, que tan solo ese día bajo un 16.5%.


En los siguiente se meses el IPC perdería el 70% de su valor, provocando que los inversionistas perdieran no solo sus ahorros, sino incluso los recursos disponibles para el gasto corriente; la crisis en México ya venía por un entorno de alto endeudamiento, estancamiento económico y el retraso político, económico y social que se venía arrastrando de la llamada docena trágica (sexenios Echeverría y López Portillo).


Por último quiero platicar un poco de la crisis de 1994-95, que proviene del periodo Salinista, donde la economía crecía en función de un alto gasto público, un peso sobrevaluado (en la época existía el control de divisas y su precio) y la privatización de la banca y otras estrategias gubernamentales como la apertura comercial; esto provocó que en muchos círculos se asegurara que México estaba a punto de convertirse en un país del primer mundo.


La gran confianza y credibilidad del gobierno, alentó el consumo y la acumulación de deuda de los particulares, en un entorno de tasas variables, la compra de bienes raíces y bienes de consumo duradero se disparó.


No obstante, era un hecho conocido que el peso estaba sobrevaluado (al menos un 20%), pero la vulnerabilidad económica no era bien conocida y esta se agravó por diversos sucesos durante 1994, empezando con el incremento en el déficit presupuestal en año electoral (tradición priista de aquel tiempo), emisión de bonos gubernamentales con altas tasas de rendimiento tasados en USD, Prácticas bancarias no reguladas como emisión de créditos en exceso, la insurgencia del EZLN, los asesinatos de Colossio y Ruiz Massieau, entre otros, fueron los factores para que se viera mermada la confianza en el status quo del país;


Ante ese entorno, los inversionistas comenzaron a vender los bonos gubernamentales, encogiendo aún más las ya de por si precarias reservas del país; urgía elevar la tasa de referencia para contrarrestar la creciente fuga de capitales, sin embargo, el gobierno decidió recomprar esos bonos para evitar la crecida de tasas y ahuyentar un desaceleramiento económico en año de elecciones.


La crisis era inevitable pero el gobierno Salinista no hizo nada al respecto y fue posterior a la toma de posesión de Ernesto Zedillo que se optó por dejar del lado las políticas no ortodoxas en la economía y se paso a la libre flotación del dólar que prácticamente duplicó su valor posterior al error de diciembre, que sucedió por la falta de habilidad del gobierno de Zedillo para comunicar las medidas que se tomarían.


A raíz de lo anterior, las tasas de interés se elevaron de forma dramática, además del gran éxodo de capitales. Esto puso al sistema financiero al borde de la quiebra debido a una creciente cartera vencida, donde aquellos deudores de la banca no podían hacer frente a sus compromisos en una parte por el cambio en tasas y en segundo lugar por la creación de las UDIS, para renegociar los créditos, ante este escenario muchas personas perdieron tanto bienes inmuebles, como bienes de uso duradero, pero la banca en general no podía funcionar pues ya no tenía recursos, esto provocó el rescate bancario y como esas deudas privadas transmutaron a ser públicas para garantizar la viabilidad del sistema financiero y así poder tener una economía en crisis pero funcional.


No todas las crisis son iguales y en el escenario actual la desaceleración y las perspectivas de inversión, consumo y producción no dan un buen augurio.


Publicado en Twitter por @Bruno_eli el 08/01/2020


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