Existe una frase que atribuyen a Einstein:
“Locura es esperar resultados diferentes si persistimos en hacer las mismas cosas”
Nada más cierto hoy, que nos despertamos con la noticia de la contracción del PIB. El crecimiento de la economía desde hace ya varios años ha sido en el mejor de los casos mediocre, alcanzando un promedio del 2.2%, eso, en una economía en desarrollo no es nada que aplaudir; Pero los resultados de 2019 son desesperanzadores.
Cierto es que cada inicio de sexenio se refleja una “desaceleración” o un menor crecimiento respecto al año anterior, eso no es nada nuevo; sin embargo la caída entre 2018 y 2019 es brutal.
Comparado con México, la economía mundial se mantuvo con un crecimiento del 2.4% y se espera de 2.5% para el 2020.
Como medida de comparación, una economía en desarrollo debería crecer 3.5 y 4.1% en 2019 y 2020 respectivamente.
La parte más preocupante, es que el futuro no es muy prometedor para México, en lo que va del año, analistas, FMI, y el Banco Mundial ya han ido bajando la expectativa de crecimiento del país; el consenso de los analistas esta ~0.8%, mientras que el FMI y Banco Mundial lo tienen en 1 y 1.2% respectivamente; pero Barclays apenas hace unos días lo bajo a 0.6%
El pobre desarrollo de la economía mexicana procede de múltiples factores (sobre todo internos) y oportunidades desaprovechadas, y el futuro no promete mucho; como he dicho desde hace tiempo, hay otros indicadores que tienden a la baja como son la confianza y la inversión directa.
El horizonte, no tiene resquicios de que se pretenda rectificar el camino, ya que dentro del presupuesto 2020, el gasto se destinará nuevamente a los programas clientelares, perdón “sociales” en lugar de destinarlo a inversión productiva, que mejoraría productividad y podría generar empleo y por consiguiente el incremento de la recaudación.
Pero ayer nos sorprendieron con el flamante Gabinete Económico, encabezado por Alfonso Romo… “Jarrito nuevo, ¿Dónde te pondré?
Todo impulsado con esta joya de tweet de López, donde cual encantador de serpientes, nos repite la muletilla de las condiciones favorables.
Las premisas de la nueva joya de la corona, tiene como tareas: llevar el análisis y agilizar los procesos para que las inversiones se lleven a cabo, coordinar las distintas dependencias federales “para suprimir la burocracia y que no nos falle la implementación”, coordinar proyectos como el Tren Maya o el Tren Transístmico, y los proyectos del acuerdo nacional de infraestructura con el sector privado.
Recordemos que la expectativa de crecimiento del PIB 2019 presentada en los CGPE fue del 2%, evidentemente la variación contra el real del año 2019 es monumental; Para 2020, apenas está llegando el “tee time “ y ya trae un hándicap; por eso digo que...
López, con su gobernación, pretendía hacer mole y le salió un pinchurriento caldillo.
Publicado en Twitter por @bruno_eli el 30/01/2020
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