El incremento reciente al sueldo mínimo se ha convertido recientemente en un estandarte de los simpatizantes de la 4T como un logro del presidente y lo utilizan como argumento para demostrar éxitos en esta administración; sin embargo es muy importante saber que es un proyecto que la cúpula empresarial particularmente COPARMEX ha impulsado este proyecto desde hace un par de años e incluso para 2018 hizo un compromiso de no trasladarlo al precio final de los bienes y servicios.
Pero ¿porque los empresarios sacrificarían utilidades por un beneficio a los trabajadores? Existen diversas aristas, uno de los beneficios del incremento en las percepciones de los trabajadores, es que incrementa el consumo, por ende hay una mayor movilidad en los bienes y servicios, Milton Friedman creía que el incremento de ingresos proveería de ahorro para consumo futuro, pero esta probado que estos incrementos generan un consumo en el corto plazo.
Es importante saber a quien beneficiaría este incremento, de acuerdo con las
cifras presentadas por López se beneficiara ~3.4 m de trabajadores; de acuerdo con el INEGI, existen 57.3M de personas como población económicamente activa, de los cuales 56.4% están en la informalidad, es decir 32.3 millones de personas.
Considerando ademas que 7.7% de la PEA esta sub-ocupada (4.4 m de Personas), veremos que nos quedan 20.6 millones de personas con pleno empleo, ahora bien, no sabemos de donde salió la cifra de beneficiarios, pues no coinciden con las cifras del IMSS pero aceptando sin conceder, el beneficio sería para el 6% de la PEA.
Encontré algunas cifras del mismo instituto respecto al nivel de ingresos de los trabajadores donde vemos que el grueso de la ocupación se encuentra en los 2 SMG, lo cual me lleva a retomar el tema del efecto faro en los incrementos salariales, es decir dicho incremento podría alcanzar a parte de los trabajadores que están entre 1 y 2 SMG, lo cual generaría presión en las finanzas empresariales y he ahí donde se puede dar un efecto inflacionario; quizás muchos no recuerden finales de la década de los 80, particularmente 1987, donde la hiperinflación (154% ese año provocado por el modelo económico keynesiano) minó el poder adquisitivo de forma importante y aún cuando los salarios subían trimestralmente, la carrera contra los precios era inalcanzable, la inflación durante el sexenio de De La Madrid fue del 4030% y la perdida del 70% del poder adquisitivo de la moneda.
No estoy diciendo que estoy en contra de los incrementos en los salarios, pero esto puede generar una espiral inflacionaria si dicho aumento no se apareja con incrementos en productividad que eviten que dicho efecto faro se refleje en los precios de productos y servicios; porque si vemos la tabla de incremento en los Salarios Mínimos Profesionales, para 2020 es del 5%, que sera ~2 puntos por encima de la inflación, estos caen dentro del 2 supuesto y es precisamente donde se genera el efecto faro.
Subir sueldos por decreto, no es una medida real de bienestar, sino por el contrario, es un riesgo de caer en una espiral inflacionaria si estos incrementos no se ligan a la productividad, a su vez, el consumo tiene un efecto perenne y cortoplacista en el crecimiento del PIB, pero si no se tiene una estrategia firme y solida para lograr crecimiento sostenido, estas dos condiciones, provocarán efectos inflacionarios, que aunados a bajas tasas de interés (Tasa de referencia), se desincentiva el ahorro y por ende la inversión se orienta ya sea a mercados bursátiles (inversión indirecta) o el efecto deseado a la inversión directa; sin embargo los tumbos y desatinos de esta administración para brindar certeza jurídica y reglas del juego claras a los inversionistas, han provocado la ralentización de la economía poniéndola al borde de la recesión.
Gobernar por decreto es un tema del mas rancio priísmo y ya sabemos cuales fueron los resultados y más cuando se pretende combinarlos con políticas económicas proteccionistas, clientelares y enemigas de la productividad.
Publicado en Twitter por @Bruno_eli el 03/01/2020
Comments