En su obra "La Política como vocación", Max Weber define como Rousseau, al Estado como un ente compuesto por población, territorio y formas de gobierno; además que entrega a este el ejercicio de la autoridad de la violencia sobre ese territorio mediante un proceso de legitimación, reivindicado por la función del estado de auto preservarse y defenderse.
El uso de cuerpos policiales y castrenses, es la forma en la que el estado ejerce el uso coercitivo de la fuerza con el fin de mantener el orden público; pero como dije en el hilo referente al estado de derecho, el Estado debe garantizar el pleno seguimiento del orden legal en el uso de la fuerza.
Weber también nos dice que un Estado donde no se controla el uso de la coacción o fuerza, no son Estados funcionales, por lo que es importante afirmar su función mediante la reproducción de las formas de violencia que sustentan las relaciones existentes de poder social, y la supresión de las formas de violencia que amenazan con perturbarlas.
Esto aunque suena a represión, tenemos que recalcar que el Estado es el conjunto de población, territorio y gobierno; es decir que ese uso legítimo de la fuerza debe estar soportado por el orden constitucional y el contrato social.
La historia nos ha mostrado en muchas ocasiones que el uso de la fuerza ha sido ejercido gobernantes de forma arbitraria, por ejemplo en la época feudal y edad media, en regímenes dictatoriales y autoritarios. Una gran tragedia en México fue el movimiento estudiantil del '68 o el "Halconazo" a principios de los '70; que tuvieron gran repercusión en la vida nacional, creo que no hay mexicano que no condene esa acción de gobierno, sin embargo una de las consecuencias es que a partir de ese momento, el estado se volvió renuente al uso legítimo de la fuerza por temor a la percepción de la opinión pública respecto a la represión y en pro de eso los grupos de choque, vándalos y algunos manifestantes han aprovechado la situación cometiendo abusos y violaciones sistemáticas de la ley con la confianza que las autoridades en los tres niveles de gobierno difícilmente actuaran en la restauración del orden público.
Hemos visto desde hace muchos años como grupos de manifestantes dañan propiedad privada, roban comercios, toman vías publicas, casetas, etc. sin respuesta de las autoridades; el derecho de manifestación esta garantizado en la carta magna y debe respetarse por parte de la autoridad, pero ésta no puede permitir violación de leyes. Recuerdo el discurso de toma de protesta de Felipe Calderón en el auditorio nacional, donde dijo claramente que declaraba la guerra al crimen organizado e incluso dijo que esto iba a costar vidas, pero que no podía dejar que que el crimen organizado rigiera la vida nacional.
Podremos estar o no de acuerdo con los resultados y las medidas, pero retomar la potestad sobre el uso legítimo de la fuerza como dice Weber era necesario para tener un estado funcional; una condición sine qua non, es que ante el vació de poder, siempre habrá una lucha para obtenerlo; en México hemos visto, como cualquiera le puede faltar al respeto a la policía e incluso últimamente hasta a los cuerpos castrenses; esto es una demostración clara de la falta de autoridad de los mismos; en otros países, incluso tocar a un oficial constituye un delito que tiene pena corporal, claro esto puede generar abusos de poder como hemos visto en EEUU (sobretodo por cuestiones raciales), pero aquí se les puede insultar, golpear e incluso burlarse libremente de ellos sin consecuencia alguna; no digo que la fuerza deba actuar libremente y sin repercusiones, pero lograr que la ciudadanía pueda respetar y confiar en las fuerzas del orden público es imperativo y el Estado debe garantizar no solo su protección y cobijo.
El combate a la delincuencia y la abolición de la violencia, requieren que las fuerzas del orden público puedan actuar y ejercer su misión de hacer respetar y cuidar el orden público sin tener las manos atadas, regidos por ordenamientos serios, claros y que protejan y obliguen a la ciudadanía y al agente de orden público, siguiendo el debido proceso.
Por último, quiero decir que la impartición de justicia tiene sus pilares sentados en base a ese debido proceso, el respeto a los derechos humanos y la imparcialidad y autonomía del poder judicial, se requiere mejorar el sistema de denuncia y realmente profesionalizar a las fuerzas del orden.
Ayer en Culiacán con la liberación del hijo del chapo y las decisiones de López y su gabinete de seguridad se demostró que este gobierno carece de autoridad y ha entregado tácticamente la regencia del estado a los grupos de delincuencia organizada.
Publicado en Twitter por @Bruno_eli el 21/06/2019
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