Hace unos días vimos como partidos de “oposición” formaron un bloque para contrarrestar el intento de hacer uso discrecional del presupuesto en el evento de una emergencia económica.
Ese “grupo de contención” se formó por 13 legisladores del PAN, PRI, MC y PRD, mientras que Morena junto con PT, PES y PVEM contaban con 24 legisladores para celebrar el periodo extraordinario, Muñoz Ledo y German Martínez, les voltearon la espalda.
La oposición debe hacer frente a los designios supremos de la mayoría y debiera ser factor de equilibrio político. Así mismo, se supondría que fuese integrada por partidos fuertes, firmes y defensores de sus principios, de su doctrina y proyecto de Nación
Tristemente, con frecuencia nuestros “partidos de oposición” venden votos a cambio de favores políticos o a cambio de ser parte del juego para no ser excluidos; su debilidad estructural en la vida interna es tal que no entienden el sentido de su existencia.
La oposición en la tarea legislativa, debe legitimar al sistema de partidos y al proceso electoral, pero su función debería ser la de razonar y valorar cada paso que se da en los terrenos de la formulación, creación, aprobación o rechazo de leyes en pro del interés general.
En nuestro país la prostitución ideológica de los partidos y ese sacar agua de las piedras, los ha llevado en general, a solo buscar prebendas en el proceso legislativo y electoral.
Podemos no comulgar con cada uno de los partidos en su ideología o plataforma, incluso hasta repudiarlos, pero también debemos cuidar a esa mayoría que, por lo mismo, en toda democracia, se vuelve voraz y apabullante siempre que se le deje serlo
En el marco del desarrollo democrático los partidos políticos aparecieron como una consecuencia natural de la modernización social y de las necesidades funcionales del sistema político.
La expansión territorial de los Estados y sociedades crean la necesidad de un mediador entre ciudadanos y el gobierno; los partidos políticos se convirtieron en este mediador de manera que en el presente la democracia sin partidos es impensable
Pero como dije antes, esa partidocracia traicionó al interés general y prostituye el ejercicio político, solo para obtener el elixir del poder, jugando a los dados para obtener la túnica del ciudadano que ya está crucificado
Publicado en Twitter por @TUxMexico el 05/05/2020
コメント