Detentar posiciones de poder y/o autoridad como hemos dicho anteriormente requiere de tomar decisiones, algunas serán acertadas, otras no, en una democracia, muchas veces estas decisiones no pueden ser unilaterales sino consensuadas
En nuestro país Poncio de Macuspana, se ha dedicado a transferir esta vital tarea para deslindarse de responsabilidades ya sea “al pueblo” con sus consultas y pretextos o por su inoperancia política a jueces que han echado para atrás muchas de sus decisiones
Hemos escuchado como Poncio utiliza el término de sabotaje legal, cuando debiera saber que en una democracia de pesos y contrapesos, esa es la herramienta de la que dispone la ciudadanía y oposición ante los golpes de autoridad
Sin embargo, la oposición ha sufrido de la incapacidad de sentar a la mesa a Poncio, que igualmente su falta de destreza política y egocentrismo le hacen creer que es un todopoderoso y esto solo ha derivado en una parálisis política y económica.
La legitimidad de Poncio y su popularidad, serán el perro que muerda la mano, pues el deterioro progresivo de la vida pública llegará tarde o temprano a sus simpatizantes y como el dicho cuando el hambre entra por la puerta, el amor se va por la ventana
Lavarse las manos es importante en esta pandemia, hacerlo como gobernante es perverso y refleja la incapacidad, ineficiencia e ignorancia política.
Publicado en Twitter por @TUxMexico el 27/05/2020
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