Sobresimplificando la administración pública
- Bruno Venegas
- 19 may 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 may 2020

Hoy quiero sobresimplificar la forma en que la administración pública debería distribuir el gasto corriente, para ello intentaré compararlo con la economía familiar de la forma mas sencilla posible, espero lograrlo.
Imagina que eres un comisionista con ingresos razonablemente regulares y (solo por dar cierta seguridad), tienes un cónyuge con un ingreso fijo; esto sería de alguna forma tus ingresos presupuestarios; si hicieses un plan anualizado los ingresos no los tienes al principio sino que conforme van llegando los vas utilizando, eso pasa con las contribuciones y demás ingresos federales. ahora bien, aún cuando existe un cierto grado de certeza, no puedes sabes con exactitud el importe de ingresos que tendrás al ser comisionista, pero puedes planear que esfuerzo tienes que hacer para cubrir los gastos y en función de tu esfuerzo mas la posibilidad de potenciales aumentos de sueldo de tu cónyuge, podrás determinar mas o menos cual seria el incremento en tu economía familiar, en este caso al ser una economía familiar el PIB y los ingresos presupuestales serian iguales pero si añadimos el efecto de algún hijo que empiece a generar ingresos, entonces ese ingreso, sin que tengas que disponer de él es parte del PIB familiar.
Algo que todo padre de familia busca, es cubrir las necesidades familiares como son techo, sustento, seguridad, salud, educación, etc. trataré de proyectar estas necesidades familiares a una economía de nación. Otros puntos trascendentales que debemos considerar en este ejemplo, es la necesidad de prever para la jubilación, mantenimiento al hogar, servicios de movilidad, ahorro y alguno otro que seguramente ira apareciendo a lo largo de esta reflexión.
Sabemos que los ingresos son finitos y las necesidades infinitas, esa es una regla en la economía política, ya que eventualmente al crecer los hijos, por ejemplo las colegiaturas, los libros de texto, un segundo o tercer hijo (crecimiento de población) van generando mayores compromisos presupuestales y es donde se debe empezar a asignar el gasto en función de prioridades y necesidades; por ejemplo lo primero que garantizarías es proveer de alimento y techo a tu población, es decir que la hipoteca o renta deben ir primero, la despensa sera otro criterio prioritario, adicionalmente tienes que garantizar la movilidad tanto tuya como de tu cónyuge para poder ir a trabajar y seguir consiguiendo ingresos, la educación será la base del desarrollo de tu población, entonces deberá estar entre las prioridades familiares; pero a la vez, debes garantizar que todos tengan acceso a servicios de salud porque si se enferma algún miembro de la familia, afectarás ya sea la creación de ingresos o bien tendrás que redirigir el gasto programado, por lo que posiblemente buscaras alguna cobertura de seguridad social, ya sea el IMSS o un seguro de gastos médicos; estoy seguro que todos los que tenemos una familia buscamos mas o menos este mismo objetivo; pero no privilegiaras la compra de un nuevo coche o de una casa de campo y dejaras de pagar estos servicios básicos; No realizarás la ampliación de la casa o pondrías una alberca si no estas seguro que esa inversión no solo es para mejorar la calidad de vida de la familia, sino que no desviará valiosos recursos que están enfocados en cubrir servicios básicos; lo mas probable es que si tienes esos proyectos de invertir en esa nueva infraestructura, harás un plan de largo plazo que te permita ir ahorrando para poder llevarlo a cabo.
Me dirás bueno puedo usar crédito para hacer eso y tienes toda la razón, el crédito es indispensable para la generación de patrimonio, así que sería una gran idea poder utilizarlo para esa nueva infraestructura, siempre y cuando no afecte a la población en el uso de servicios básicos; estoy seguro que nadie prefiere una alberca a comer todos los días. Nunca dejarías a tu hijo sin ir a la escuela por regalarle un iPhone, o no le quitarías dinero a ese hijo que acaba de empezar a trabajar para dárselo al hermano menor que ya dejo la escuela; ambos deberían tener los servicios básicos garantizados, eso es indudable, pero igual al hijo menor le exigirías que haga algo por la familia, ya sea educarse o comenzar a trabajar para aligerar la carga financiera de la familia, o bien realizar tareas adicionales en el hogar (Asumiendo que los hijos tienen quehaceres cotidianos).
La economía familiar es similar a una economía nacional en el sentido en que la primera es de un carácter social, que indiscutiblemente otorga igualdad de derechos a cada uno de los hijos, pero que igualmente apareja una responsabilidad y una serie de obligaciones; ningún padre (creo yo) espera mantener a sus hijos por siempre (salvo casos específicos), por el contrario creo que buscamos que se superen y lleguen a ser autosuficientes e independientes.
En una economía nacional, los ciudadanos también debemos gozar igualdad de derechos y oportunidades, sin embargo yo creo en el mérito, así como a veces premiamos al hijo que tuvo un logro, así debemos celebrar a la ciudadanía y así como "castigamos" al hijo que comente una falta igualmente la sociedad debería actuar en consecuencia, en este caso no me refiero al sistema penal, sino al sistema económico, no le premias al hijo que deja la escuela o que no hace quehaceres, sino que lo incentivas a que retome la escuela o que se ponga a trabajar o lo estimulas a que emprenda una actividad de provecho; no desvías parte de tu ingresos a gastos no prioritarios a costa de el bienestar mínimo de tu familia. ¿Porque pedir lo mismo al gobierno es anti-nacionalista?
Publicado en Twitter por @Bruno_eli el 17/06/2019
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