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Foto del escritorBruno Venegas

El elefante rosa y el titiritero (1a. parte)



Los pensamientos son un producto natural de nuestra mente. Los seres humanos tenemos esa capacidad: pensar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor e incluso pensar sobre nuestros pensamientos.


Ya lo decía el filósofo griego Epícteto, no son las situaciones ni los hechos de la vida los que te perturban, sino la interpretación que sobre ellos haces.


Los pensamientos son elecciones nuestras, están bajo nuestro control y, por lo tanto, podemos desecharlos, mantenerlos, modificarlos, cuestionarlos.


En numerosas ocasiones, cuando estos pensamientos son de carácter negativo, tóxico o desesperanzador, intentamos por todos los medios suprimirlos, intentamos no pensar, distraernos con algo que nos aleje de esa maraña de ideas negras y que por arte de magia las elimine para siempre.



El efecto rebote


No deberían irse esos pensamientos si me obligo a no pensar en ellos? La respuesta es que no, debido al efecto rebote. ¿Qué ocurre si te digo: no pienses en un elefante rosa? ¿Qué acabada de aparecer en tu mente? Un elefante… rosa ¿verdad?


El cuento del elefante rosa también viene a colación, por su moraleja:


“Recordad que el secreto de la felicidad está en la libertad y el secreto de la libertad en el coraje de defenderla.”



Hoy por la mañana, el presidente nos salió con que puede hacer “mañaneras” en fin de semana para “no dejar espacios para la desinformación” y no dar espacios para la manipulación de la información, ya que en un comentario personal, el posee ese monopolio.



Hace tiempo escribí una reflexión acerca del lema de la 4T de “no mentir, no robar y no engañar”, donde por cifras de Verificado México, López, ha hecho afirmaciones con total falsedad en 30.5% y frases engañosas en 26% de las ocasiones.


El tema de las mañaneras, como lo he dicho también anteriormente, sirve como una herramienta de comunicación social, que mantiene al personaje en el centro del debate público y diariamente nos regala un elefante rosa que es el sabor del día, generando las cortinas de humo y distractores, de los que hace uso para desviar la atención del ciudadano en temas incluso triviales, evitando así la verdadera rendición de cuentas.


La mañanera no ha sido otra cosa que el pan y circo del César que nos lleva a la confrontación, la clara manipulación de la información y la clara complicidad de los medios afines al gobierno, pretenden dar una nueva connotación a la realidad, cayendo en un mundo de posverdad que es precisamente el éxito de López ante sus simpatizantes.



Es ahí donde tengo que regresar al tema del discurso público en pro de volver a tocar el tema de las protestas de ayer en la marcha por la seguridad, que fue confrontada no solo en el zócalo sino previamente en redes sociales, con reclamos perniciosos, vulgares y de una calidad argumentativa inexistente, al apelar al "whataboutismo" para descalificar la protesta legítima.


Viendo esas escenas, me pregunté, aceptando sin conceder, que ese grupo no es un grupo de choque (nadie lo cree así), ¿porque ciudadanos simpatizantes del gobierno se reunirían de forma espontánea a boicotear a otro grupo de ciudadanos que legítimamente demandan su derecho a la seguridad? López debió condenar esta mañana la acción de ese grupo de sus simpatizantes, pero por el contrario amenaza con más mañaneras para “evitar la manipulación de la información” y “no dejar espacio para la desinformación”


Continúa en el Titiritero:


Publicado en Twitter por @bruno_eli el 27/01/2020


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