"No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer". - Carl Sagan
La comunicación es una de las realidades fundamentales de la sociedad moderna y se inserta en el primer puesto de los valores de la dinámica social y apoyada en los recursos tecnológicos puestos a su alcance, se ha provocado una comunicación incesante.
Los medios de comunicación social, son hoy día la fuente principal de creación de la opinión pública; ésta y su dinámica, son como la conciencia colectiva de la sociedad. El influjo de la opinión pública sobre los particulares es, evidentemente, decisivo, máxime en una sociedad masificada como la nuestra; es por ende que, una de las mayores potencialidades de manipulación social actual radica en los centros de producción y control de la información y de la comunicación.
La manipulación constante de las mentes de miles de millones de personas, expuestas a un sinfín de noticias, impresiones, realidades y ficciones por la televisión, prensa, radio, cine y redes sociales, todos convergentes en un sólo aparato de propaganda que se ha dado a la tarea de sistemáticamente borrar los límites entre la realidad y la posverdad, dificultando en extremo cualquier esfuerzo de pensar y actuar autónomamente, y actúa en función de la total e irreversible homogeneidad mental de la audiencia.
Entre los métodos de acondicionamiento mental destaca el fraccionamiento del pensar, que mediante la sobrecarga de “información” y el bombardeo de “noticias”, (aparentemente no relacionadas entre sí, pero todas portadoras del mismo mensaje sublime), que al convertirlas en bienes de consumo masivo y efímero, se logra la destrucción de las facultades de memorizar y contextualizar y por ende minimiza la capacidad de razonamiento y formación de juicio propio.
La audiencia, en su vasta mayoría esclavos ideológicos (dependientes por su necesidad de creer) al no tener ni tiempo ni energía para críticamente reflexionar sobre las “noticias” consumidas, se convierte en mero receptor y reflector de la “información” recibida, tragando sin reserva sus mensajes subyacentes y sometiéndose de tal forma al acondicionamiento mental, es decir, recibe un estímulo y responde de una manera calculada por terceros.
La esencia de la "coerción psicológica" consiste en que aquellos que actúan bajo su efecto tienen la impresión de que están actuando por iniciativa propia. La víctima de la manipulación mental no sabe que es víctima. Las rejas de su prisión le son invisibles, y cree que es libre. El hecho de que no es libre, sólo es aparente para los demás. Su esclavitud es estrictamente objetiva.” - Aldous Huxley.
La presencia permanente y el bombardeo de mensajes (coherentes o no de López), son una clara estrategia para mantener a los medios enfocados en él y no en los problemas nacionales y aún en la polarización que nos provoca día a día, somos presa de la enajenación que busca provocar en las población al sucumbir en la tentación del sabor del día.
No te pierdas la primera parte: EL elefante rosa y el titiritero
Publicado en Twitter por @bruno_eli el 27/01/2020
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